Practicar el “Vintage Living” , como ya vais descubriendo poco a poco, es mucho más que un tipo de decoración o el gusto por las cosas del pasado… Vivirlo es también rescatar esos recuerdos que nos llenan de felicidad y compartirlos con familia y amigos. Para esto, el Día del Padre es ¡perfecto! Hoy hacemos un repaso a esos “momentos con papá” que destacan en la infancia de la mayoría de nosotros…
Seguro que despertamos más de una sonrisa 🙂
Te has parado a pensar que la mano de vuestro padre fue, probablemente, la primera que agarraste para sentirte segura mientras estabas tumbada sobre mamá nada más nacer? Un gran gesto que ahora que somos mayores nos damos cuenta que es “muy de papá”… Estar ahí para que no tuviéramos miedo, para sentir menos dolor cuando nos curaban tras una caída o para tranquilizarnos en cualquier momento…
¿Y esas noches de “monstruos” donde nos imaginábamos fantasmas en el armario, cosas raras bajo la cama o pies saliendo de las cortinas? El único remedio para ese momento era… ¡Súper papá! Dormir con él era ya sinónimo de noches de sueño profundo a pesar de los ronquidos “de oso” en nuestra oreja 😉
¿Y las trastadas a escondidas de mamá? O así lo entendíamos nosotros… ¿verdad? Porque ahora, con los años, la mayoría de ellas te das cuenta que eran intentos de nuestro padre por hacer cosas que no sabía y disfrazarlas en forma de juego. Como preparar la cena ese día que mamá se encontraba mal y hacía una tortilla francesa de chorizo con forma indefinida tras dejar todo patas arriba… Y nosotros, ¡claro!, encantados y encima nos sabía a gloria…
Bueno… Y un momento que nos encanta es el de “te voy a contar un cuento”… Ese que, por supuesto, no se parecía nada al que estábamos acostumbradas porque “papá cuenta las historias a su manera” 😉 A veces la risa era porque mezclaba cuentos, otras porque se inventaba la mitad y la más habitual era porque buscaba ese momento especial con nosotras…
Y el MOMENTAZO de todo padre… ¡Enseñarnos a montar en bici! Habría que hacer un monumento en honor a esas espaldas dobladas y riñones “al jerez” 😉 Porque nuestros papás hacen magia y sin tocar el sillín hacen que pedaleemos sin caernos… ¡Toda una proeza!
¿Y los campeonatos de pulsos? Porque nunca, ni ya de adultos, dejamos de intentar ser más fuertes que “el cachas de papá”. ¿Por qué serán incapaces de dejarse ganar para hacernos felices? Ahí no había piedad alguna… Cosas de hombres jajajajja
Y llegó el momento de esa habilidad innata, de ese “yo que sé y qué sé yo” de los videojuegos y maquinitas… ¿Quién es entonces el padre y el hijo? Horas y horas de competición y entrenamiento que hacen de esta relación algo especial para recordar…
Bueno… por todo esto y un millón de cosas más… Los padres se merecen un gran regalo. No sólo el próximo 19 de marzo, sino de vez en cuando 😉
En Salón des Fleurs también les cuidamos y, por eso, puedes encontrar cositas curiosas para hacerles felices también a ellos… ¿Te animas?